

Son muchos los factores que inciden en el desarrollo de las enfermedades; los malos hábitos, las causas ambientales y la predisposición genética sólo son algunos de los más conocidos. La personalidad es otro de los factores que afecta a su desarrollo y puede hacer a los pacientes más vulnerables a las afecciones que sufren. Tener una actitud pesimista o negativa, el estrés, la ansiedad, vivir con hostilidad… son algunos de los elementos que pueden influir negativamente. Mantener una actitud positiva y optimista, además de ayudar a proteger la salud y alargar la vida, contribuye a reforzar el sistema inmunitario y es un elemento de suma importancia para la recuperación de las enfermedades.
[bctt tweet=»Aspectos como las emociones positivas protegen la salud y aportan una mayor esperanza de vida.» username=»rocioalgarin_»]
Este hecho está respaldado por numerosas investigaciones que observan que las emociones y la personalidad influyen tanto en la enfermedad como en la salud. En el estudio publicado por ‘European Heart Journal’, en 2010, se investigaba la relación proporcional inversa que existe entre las emociones positivas y el desarrollo de la enfermedad cardíaca coronaria.
El optimismo está asociado a una mayor esperanza de vida y a una mayor protección ante las enfermedades. Mientras que las personas optimistas perciben una mejor salud mental y física, las personas pesimistas se asocian a una menor esperanza de vida y a un peor funcionamiento tanto físico como mental, ya que este factor tiene la capacidad de alterar el sistema inmunológico.
Por lo tanto, los factores psicológicos, tanto positivos como negativos, pueden influir en el desarrollo de las enfermedades. Pero ¿cómo pueden las emociones proteger ante las enfermedades?
La disciplina de la psiconeuroinmunología -o también denominada psiconeuroinmunoendocrinología- une diversas especializaciones (la farmacología, la psicología, la psiquiatría, la ciencia de la conducta, la neurociencia, entre otras), para su estudio, con el objetivo de analizar las asociaciones entre los sistemas responsables de la regulación del organismo -el sistema inmunológico, el sistema endocrino y el sistema nervioso- con la conducta del cerebro. No obstante, su investigación resulta complicada, debido a la gran complejidad y estrecha relación de las interconexiones entre el sistema nervioso central y el endocrino.
Los factores estresantes para el organismo, como son el estrés y la ansiedad, son las consecuencias psicofisiológicas que más relevancia tienen en las investigaciones. En el estudio que realizaba la Dra. Avelina Pérez Bravo, que pertenece al servicio de Psiquiatría del Hospital Xeral de Vigo, se exponía que los estímulos estresantes pueden influir de dos maneras diferentes: alterando la respuesta celular del organismo; o provocando cambios en la distribución de las células, influyendo así en la respuesta de un agente patógeno.
El estrés es una reacción de alarma que permite adaptar el organismo a situaciones peligrosas, pero puede producir ciertos efectos negativos en el proceso de algunas enfermedades (autoinmunes o ciertos tipos de cáncer). Aunque debe haber también un cierto grado de vulnerabilidad por parte de la persona.
[bctt tweet=»El estrés puede producir efectos negativos en el proceso de algunas enfermedades.» username=»rocioalgarin_»]
Las evidencias entre las interconexiones de los sistemas responsables de la regulación del organismo demuestran la clara interacción existente entre el funcionamiento físico del cuerpo y las emociones. Algunos factores psicológicos como pueden ser las creencias, las motivaciones y el aprendizaje, en mayor o menor intensidad y de manera negativa o positiva, también pueden afectar al progreso de algunas afecciones.
El cáncer de mama es una de las patologías más estudiadas para su tratamiento y prevención en la Psicooncología, una disciplina que se ocupa tanto de las relaciones entre la conducta, la salud y la enfermedad. Este tipo de cáncer es uno de los paradigmas actuales y objeto de investigación para poder establecer sus patrones genéticos y su tratamiento, y su importancia está ocasionada por su alta evolución en los últimos años y el impacto que supone para las personas afectadas.
La larga esperanza de vida y los malos hábitos de vida que la población puede llegar a adoptar, hacen que los estudios realizados recientemente demuestren una alta tendencia a desarrollar más tipos de cáncer en el futuro. Medidas y políticas para proteger la salud (como las leyes antitabaco y la promoción de medidas saludables), adoptar hábitos saludables y las actitudes positivas son beneficiosas para el desarrollo de una vida sana y poder reducir esta tendencia.
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