

En vacaciones es conveniente reservarse un tiempo para no hacer ni planificar nada y buscar el sosiego que suele faltar el resto del año
Para llevar una vida saludable, el ritmo importa. No obstante, cada persona debe descubrir cuál es el suyo para evitar obligarse a llevar una vida acelerada. Y las vacaciones son la época idónea para descubrirlo. Este periodo no debería servir solo como un espacio de ocio en el que llenar de actividades que no hay tiempo de realizar el resto del año. Los días de descanso pueden ayudar a evaluar el ritmo de vida que nos domina y ver si está en consonancia con lo que deseamos. En este artículo se describe la importancia de tomarse un espacio para recapacitar, y dejar pasar el tiempo para poder romper, a ratos, el ritmo de vida y la rutina. También se aportan consejos para llevar un verano sin estrés.
Vacaciones: ponerle freno al ritmo de vida
A lo largo del curso escolar son muchos los horarios que hay que seguir: levantarse, desayunar, llegar al colegio o al lugar de trabajo, clases, actividades extraescolares, compras, cenas, etc. Todo ello confiere un ritmo de vida rápido que para muchos puede ser incluso frenético. Sin duda, el sistema de vida impuesto que se lleva en las sociedades desarrolladas inflige un desgaste tanto físico como psíquico.
El estrés que de ello se deriva puede llegar a contaminar el día a día de tensión, irritabilidad, agobio, de la imposibilidad de no disfrutar de muchas actividades, y llegar a teñir la existencia de una sensación de frustración, de no controlar ni dirigir la propia vida, lo que puede conllevar desde un bajo estado de ánimo, depresión e, incluso, el desarrollo de enfermedades.
En verano, poner freno a esta tendencia y dar un giro que permita llevar otro ritmo o un estilo de vida diferente es, a menudo, difícil. Un cambio así requiere romper con ideas de productividad, de obligatoriedad de llenar los espacios de tiempo, de aprovechar para realizar todo aquello que no podemos hacer a lo largo del año y de seguir el ritmo alocado de no dejar escapar nada.
Acabar con esta tendencia, según los especialistas, no es tarea fácil; es posible que al principio salgan a la luz incomodidades que angustian por no sentirse activos y productivos. Romper con las rutinas es abandonar las ataduras que sustentan y dan forma a un día a día que da poco, o nada, de tiempo libre para sentir lo que le pasa a uno, lo que se quiere o no. Y esto, a veces, conlleva malestar.
Aprovechar las vacaciones para buscar sosiego
Sobrellevar un estado de ansiedad y nerviosismo, a largo plazo, puede tener un efecto acumulativo en el cuerpo y resultar nocivo para la salud cognitiva de la persona, según concluye una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de California, Irvine (EE.UU.) y publicada en la revista ‘Psychological Science’.
Según Susan Turk Charles, autora principal del estudio, sufrir estrés a diario pronostica la angustia psicológica y de ansiedad diez años después. El trabajo pone en evidencia que las discusiones con la pareja, los conflictos en el trabajo, las esperas de pie en largas colas, el tráfico y otras situaciones que generan estrés cada día, son los ingredientes fundamentales para sufrir esta angustia patológica diez años después.
Para esta profesora de Psicología, Comportamiento Social y Ciencias de la Enfermería, es fundamental que la población tenga en cuenta la importancia de mantener un equilibrio emocional, y que el camino para obtenerlo está en cambiar la manera de responder a esta situación de estrés diario. Este equilibrio emocional es un factor de tan envergadura para la salud como los demás hábitos que confieren un estilo de vida saludable, como la alimentación y la actividad física.
Así, los especialistas en salud mental recomiendan buscar espacios en el trascurso del día para dejar pasar el tiempo de manera agradable, pero sin sentido -que tan bien define el verbo «asolare» en italiano-, sentados al aire libre, y dar importancia a la no organización ni planificación exacta del día. En resumen, sacarle beneficio a no hacer nada.
Cuatro consejos para un verano sin estrés
Elena Mayorga, escritora y psicoterapeuta, aporta unos consejos para disfrutar de un periodo de descanso sin estrés:
Fuente: Montse Arboix
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